Las trampas de la tercera división:
TRASANDINO BUSCA EL ASCENSO
Por Pablo Hormazábal
La alegría de un pueblo al ilusionarse con llegar al profesionalismo, tras la victoria frente a Magallanes, que con artimañas del árbitro casi pierde. La tercera división está llena de trampas, aquellas que solo son ignoradas con buen juego.
Nacieron a la luz del sol precordillerano y leal a los sueños de cada uno de los habitantes del lugar. Es la tierra del calor permanente, acompañado de una vista que resplandece en medio de la caña, bañada por el río Aconcagua, y mayormente conocida como quien dio cabida al gordo querido: “El guatón Loyola”.
Leales al fin de semana, los habitantes de la ciudad de Los Andes se ponen la camiseta, dirigiéndose al Estadio Regional para ver jugar al equipo de sus amores, aquel que comienza con ilusión un torneo poco justo, exhausto y extenso: el torneo de tercera división. Sí, señores, Los Andes se tiñe de verde porque Trasandino sale a la cancha en busca de un cupo para el futbol profesional.
Era el momento esperado. Los hinchas del T-R-A iniciaban el día con entusiasmo, aguardando con ansias la hora del partido por los cuartos de final de la liga amateur de tercera división entre la oncena andina y Magallanes, uno de los equipos más difíciles e inflexibles de la competición. Era el partido de vuelta, ya que en el partido de ida igualaron a un gol en el estadio Santa Laura.
Asomaba la tarde y el sol apuntaba sus raíces con tremendo fulgor a los espectadores que llenaron el estadio andino. El árbitro salió a la cancha mientras los equipos se preparaban en camarines para la lucha a muerte por el paso a las semifinales.
Salieron los equipos. Un mar de verde fulgió entre la multitud de hinchas del cóndor andino, mientras que al contrario lo pifiaban. La confrontación comenzó.
Trasandino jugó al toque por primera vez desde el comienzo, tanto así que a los diez minutos, el conjunto andino afirmó su contundente juego con dos goles anotados por Gabriel Vilches. Con ello, el público de la precordillera confiaba en ganar.
El pueblo verde miraba con atención y nerviosismo. Pero el devastador e indigno arbitraje tomaba un papel protagónico en la situación. Esto se notó con el cobro de dos penales que no lo eran. El creador de los visitantes, que vestía la casaquilla número diez, los convirtió con tranquilidad. Al terminar la primera mitad, desde las tribunas se escuchaba gritar “ladrones” para el trío de jueces que parecían querer darle los puntos a los santiaguinos.
Ya se decía que Fernando Vergara, el técnico de los magallánicos, había comprado al árbitro Vásquez, que de profesor no tenía nada. Y cómo no pensar en eso si para la brega entre Curicó e Iberia, y de Trasandino con Iquique, por la ultima fecha de la liguilla de ascenso de tercera división de 2005, el hace poco nombrado y nunca bien ponderado “hombre del maletín” fue visto por periodistas hablando con el referie, siendo después el team de la tierra de las tortas el campeón. Parece que esa es la ley.
Empezaba el segundo tiempo. Trasandino se hizo fuerte y su entrenador, el ex jugador profesional Alejo Rodríguez, cambió el juego tal como cuando inició el primer episodio.
A los nueve minutos, una falta de un albiceleste en su medialuna se transformo en tiro libre. Con un tiro ajustado al palo derecho, Roberto Luco convirtió para los andinos. Después, el arquero de Magallanes se plantó un “wirthazo” atajando la pelota fuera del área. Éste se fue a las duchas y el arquero reemplazante fue víctima de un potente disparo de tiro libre de Francisco Gómez, goleador máximo del T-R-A.
Sin embargo, de nuevo se cobró todo a favor del equipo de la capital sin vergüenza. Además, dieron cinco minutos de descuento.
Esperando que pasara el tiempo, con otro descuento magallánico arreglado con la mano, el juez del partido no quería terminar el partido. Todo era en contra del Trasandino, hasta que se dieron cuenta que ya no pasaría nada más. El árbitro se convirtió de villano a héroe cuando terminó el partido. Trasandino acababa con la ilusión de Magallanes de pasar a segunda.
La fanaticada andina se fue esperanzada, pero preocupada por lo que podría pasar con el futuro de su equipo. La oncena andina dejaba fuera al team más poderoso de tercera división, quedando a solo dos pasos de levantarse y salir del hoyo del futbol amateur de una vez por todas.
La plaza de Armas se armó de bombos. Uno de los más acérrimos hinchas del T-R-A, más conocido como “El Parafina” manifestó su alegría diciendo que “Los Andes puede lograrlo, con fe, como ahora, que superó a un arbitraje muy malo”. Así también lo demostró Alejo Rodríguez señalando que “ahora más que nunca me siento muy orgulloso de ser andino”. Asimismo, Roberto Luco dijo con respecto a la labor de los árbitros que “fue muy malo, muy flexible hacia Magallanes”. Los santiaguinos se fueron tristes, alegando que “su equipo los tuvo, pero que el arbitro fue muy saquero”.
Por el momento se terminaban los problemas con la mafia de la tercera parte del fútbol nacional, que ni siquiera es profesional. Contentos festejaron toda la noche, esperando que nadie se vea aventajado con las estupideces que hagan los reguladores de las bregas y los planteles que buscan, como sea, dejar de ser aficionados.
El sudador!
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